05. EL FRUTO.
El fruto, es una estructura originada por una flor
fecundada, punto de partida de una serie de transformaciones o etapas,
bajo la influencia de numerosos factores internos y externos, como son:
El ovario de la flor fecundada, se desarrolla
diferenciándose, en tres partes concéntricas, en las que cada una
engloba a la siguiente, estas partes darán lugar a:
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Endocarpio, es la parte más interna del fruto,
constituida por las semillas y las hojas carpelares.
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Mesocarpio, es la zona de la pulpa o parte carnosa
del fruto.
-
Epicarpio, que constituye, la zona más externa del
fruto.
Los frutos en general, pasan necesariamente por dos
fases claves, como son la multiplicación y el crecimiento celular, de
las que hablaremos en “Desarrollo Fisiológico del Fruto”.
Al final, el endocarpio se convierte en el corazón del
fruto y entorno a él, se forma un tejido de reserva llamado parénquima cortical,
que constituye la carne del fruto.
Este tejido, está recorrido por vasos conductores, que
llegan a ser visibles, en el caso de frutos, con problemas de escaldado
de senescencia.
En la periferia del fruto, las células epidérmicas,
están protegidas, por un recubrimiento de naturaleza lípida, que
constituye la cutícula, su espesor, varía en función de la variedad, de
la exposición al sol y del estado de madurez.
Esta capa, está interrumpida por numerosas lenticelas,
más o menos desarrolladas y más o menos tapadas por un tejido acorchado,
siendo los puntos de intercambio gaseoso y que a veces, pueden ser, las
puertas de acceso al fruto, para los parásitos fúngicos.
Los tejidos del fruto, están constituidos de células, en
las que la estructura, tiene una incidencia importante, sobre las
transformaciones observadas durante la conservación.
El medio donde se ubica la
explotación frutal, tiene una influencia, decisiva, junto a los factores
culturales, para el éxito de la misma. |
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