PREPARACIÓN DE LA CENTRAL

 

FACTORES PRINCIPALES

 22. PREPARACIÓN DE LA CENTRAL - LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN –

 

22.1. Limpieza y desinfección.

Entre los trabajos, que deben considerarse como necesarios, tanto en las centrales como en cámaras de cualquier tipo, señalaremos:

  • La limpieza.

  • La desinfección.

22.1.1. Limpieza.

Consiste, en eliminar los restos de frutos y materia orgánica (tierra, hojas, ramitas, etc.) procedentes del trabajo normal y diario, de cualquier central hortofrutícola.

 

La limpieza puede hacerse, desde con una simple escoba, hasta con las modernas máquinas, donde se utiliza agua caliente a presión, a la que puede mezclarse cualquier tipo de detergente o detergente fungicida.

 

Al hablar de limpieza en las centrales, queremos significar lo que debe hacerse con:

  • Las centrales en sí.

  • Los envases.

  • Las líneas de confección.

  • Las cámaras de desverdización, maduración, conservación y estocaje.

Los frutos podridos, nunca debieran “dormiren ninguna central, debido a la cantidad de esporas, que el aire arrastra a su paso, sobre y a través de ellos.

 

La limpieza de las grandes áreas (suelos y paredes) se puede realizar, con agua a presión, a la que se adiciona algún detergente alcalino y posteriormente se aclara con agua, a la que puede añadirse, glutaraldehído al 1% y amonios cuaternarios al 1%.

 

Para el mantenimiento posterior, dirigido principalmente a suelos, se puede utilizar ortofenilfenato sódico al 10% de producto comercial en agua, dado el amplio espectro de control, que este producto ejerce sobre los patógenos, que más incidencia tienen en los frutos y vegetales.

 

La limpieza, debe de estar dirigida también, a los distintos elementos de las líneas de manipulación y confección por las que se mueve la fruta, llegando a todas las partes de las mismas, si queremos poder tener, unas condiciones mínimas de sanidad.

 

Como complementos a las limpiezas y dirigidos, sobre todo a centrales y cámaras, hay que realizar las correspondientes desinfecciones.

22.1.2. Desinfección de la central.

Se puede considerar la desinfección, como un tratamiento preventivo, pero un tratamiento con connotaciones particulares, ya que ese tipo de aplicaciones de productos químicos, en general, son:

  • Económicas.

  • Fáciles de realizar.

  • Rompen el ciclo biológico de los hongos.

  • Disminuyen de forma drástica, el número de esporas y bacterias, que siempre están presentes en centrales, líneas, envases y cámaras.

Las desinfecciones, pueden hacerse de dos formas:

  • Por vía húmeda.

  • Por vía seca.

Las desinfecciones por vía húmeda, son aquellas, en que el vehículo del producto desinfectante, es el agua.

 

Es muy importante en este tipo de aplicaciones, conocer el pH del agua a utilizar, ya que pH elevados, pueden provocar la degradación de los productos fungicidas y convertirse dichos productos, en sustancias inocuas, sin ningún efecto, para controlar los patógenos de las centrales.

 

La temperatura y la presión del agua a utilizar, tienen asimismo, una influencia decisiva en la efectividad.

 

En los últimos años, las aguas residuales de este u otros tratamientos han sido motivo de inspecciones de Sanidad, debido a que no pueden verterse dichas aguas, a los desagües normales de los almacenes y centrales, deben ir a depuradoras o a tanques para su posterior depuración.

 

El agua y sobre todo, los fungicidas que lleve en suspensión o disolución, no llegan a todas las partes de los recintos a desinfectar, ni puede aplicarse a todos los elementos que hay en dichos recintos, debido a la oxidación de los elementos metálicos que produce, normalmente la mezcla de agua-desinfectantes.

 

Las desinfecciones por vía seca son aquellas en las que el vehículo de los fungicidas es el aire.

 

El aire, juega un importante papel, ya que llega a todas las partes a desinfectar, en contacto con el exterior, únicamente hay que suministrar al aire, la cantidad de materia activa de fungicida capaz de controlar los patógenos.

 

Las desinfecciones por vía seca se hacen mediante los fumígenos fungicidas, estos tratamientos no proporcionan un método:

  • Fácil.

  • Eficaz.

  • Seguro.

  • Cómodo.

  • Dosificable.

  • Económico.

  • De bajo residuo.

  • Sin manipulación.

  • Sin aporte de agua.

  • De aplicación inmediata.

22.1.2.1. Desinfección de cámaras de desverdizado, conservación y preenfriado.

 

Las cámaras, en general, son los puntos más delicados de las centrales. Las de desverdizado, porque estamos aportando calor y humedad al fruto, principalmente, las de conservación porque no sabemos, casi nunca, el tiempo que la fruta, va a estar en el interior y las de preenfriado, porque son o bien el punto inicial de la fruta a su entrada a la central o el punto en el que se establece, la temperatura de transporte a la salida de la fruta, hasta su destino.

 

¿Que hacer con las cámaras?

  • Deben de estar limpias, “barridas”, como hemos comentado y no deben tener, ni restos de tierra, ni frutos podridos, ni chafados o rotos por las carretillas, ni maderas perdidas, ni insectos ni otros animales. Cuando la cámara este limpia podemos pasar a la fase siguiente.

  • Desinfección, que puede realizarse con varios productos, debido a que hablamos de cámaras sin fruta.

  • La desinfección debe ser general, paredes, suelos, techos (si es posible).

  • Se pueden utilizar desinfectantes tipo amonios cuaternarios, formol, etc. o mezclas entre ellos y ortofenil-fenol.

  • Se debe procurar, que el agua utilizada para mantener la humedad de la cámara, sea, si es posible, descalcificada y dentro de los límites legales de cloro residual libre (0.2 - 0.8 ppm.), optar por las cantidades más próximas a 0.2 ppm. ya que el cloro “libre”, es un gran oxidante y en poco tiempo puede producir daños irreversibles, en las partes metálicas de los evaporadores y resto de equipos.

¿Cual sería nuestra opción para hacer una buena desinfección?

  • Lavado de las paredes y suelo, con agua a presión y un detergente neutro.

  • Aclarar las paredes con agua.

  • Aplicar un fumígeno, a base de ortofenil-fenol y pulverizar con una mochila el suelo, con ortofenil fenato sódico.

 ¿Porque utilizar fumígenos?

  • Porque con ellos se llega a todas las partes de la cámara, (paredes, techos, equipos de desverdizado, equipos de frío) con facilidad, ; y al suelo ortofenil-fenol líquido porque es el mejor fungicida y bactericida autorizado en el mercado. (Recordamos que hablamos de cámaras sin fruta).

 

¿Porque no amonios cuaternarios, formol, etc..?

  • Los amonios cuaternarios, generan Benzaldehido libre, se inactivan en presencia de sales, jabones y determinados iones.

  • El formol, se está reduciendo su uso, debido a la dificultad de aplicación, al provocar irritación en las mucosas nasales, bucales y lacrimales, no solo en los que la manipulan, sino también en el resto del personal.

22.1.2.2. Desinfección de envases.

 

Los envases destinados a conservar fruta, es necesario que se laven y desinfecten, como mínimo cada año, antes de almacenarlos, después de cada campaña.

 

El lavado, se puede realizar, mediante agua caliente a presión, a la que se añade sosa cáustica y posteriormente, se limpian con agua clara y si es posible se secan.

 

La desinfección de envases, se puede realizar en varios puntos:

  • En el drencher, si lo hay a la entrada de la fruta en el almacén.

  • En la zona de volcado, mediante duchas añadiendo al agua un desinfectante.

  • En las cámaras o zonas de stock, mediante la aplicación de fumígenos desinfectantes y/o fungicidas.

  • En cualquier zona adecuada, con pistolas de agua a presión, a la que se añade un desinfectante.

22.2. Factores que condicionan la desinfección.

La desinfección, debe plantearse siempre, atendiendo a los factores que la condicionan, entre ellos citaremos:

  • Los productos deben cumplir los requisitos legales.

  • Incidencia del factor económico, en función de las concentraciones adecuadas, de los productos químicos, para el control de los patógenos, que mayores problemas pueden ocasionar en los almacenes.

  • Cantidad de residuos que deja su aplicación.

  • Naturaleza de la superficie a desinfectar.

  • Presencia o ausencia de materia orgánica.

  • Facilidad de aplicación.

  • Minimizar los riesgos de los aplicadores.

  • Efectividad de los productos, en relación a nuestras necesidades.

  • No debe tener olores persistentes.

Dos son los problemas más importantes a todos los niveles, que se presentan en cualquier desinfección:

  • Bacterias.

  • Hongos.

Las bacterias, sin alcanzar el nivel de pérdidas económicas, que pueden representar los hongos, tienen una gran importancia, debido a que estamos trabajando con productos que van dirigidos al consumo humano directo y pueden ser, vehículo de infección para los consumidores.

22.3. ¿Cómo actúan los desinfectantes?

Básicamente:

  • Desorganizando la membrana celular de los patógenos.

  • Desnaturalizando las proteínas esenciales, para el metabolismo y el crecimiento.

  • Inactivando sistemas enzimáticos específicos, para la respiración celular.

  • Interrumpiendo, en general, procesos vitales para bacterias y hongos.

22.4. ¿De qué depende la acción de un desinfectante?

En general podemos señalar:

  • De la rapidez con que actúa el producto.

  • De su capacidad de reacción.

  • De la temperatura.

  • De la concentración del producto.

  • De las propiedades específicas de reacción del producto, con los patógenos a controlar.

Los puntos de acción de los desinfectantes, sobre los microorganismos son:

  • Los grupos “-tiola nivel celular, asociados al aminoácido cisteína.

  • El grupo amino de las proteínas.

La limpieza y la desinfección, son dos procesos complementarios y correlativos, que siempre deben ir asociados.

22.5. Familias de desinfectantes.

Con el objeto de analizar, los productos que se utilizan en desinfección, y dada la imposibilidad de hacerlo producto por producto, veremos las ventajas e inconvenientes de los mismos, por grupos.

 

Álcalis fuertes (sosa cáustica).

 

Ventajas.

  • Coste económico bajo.

  • No dejan sabor ni olor.

  • Alta efectividad.

  • Con agua caliente, potencian su acción.

Inconvenientes.

  • Muy corrosivos.

  • Difícil manejo para el aplicador, (tóxico).

  • Dependencia de la temperatura y el tiempo.

  • Si no se lavan bien, en la superficie sobre la que se haya aplicado, deja residuos tóxicos.

Ácidos fuertes (ácido nítrico).

 

Ventajas.

  • Coste bajo.

  • No deja sabor ni olor.

  • Altísima efectividad.

Inconvenientes.

  • Excesivamente corrosivo.

  • Desprende vapores tóxicos.

  • Utilización muy limitada. Está prohibido en: superficies galvanizadas, aceros y estaño.

  • Manipulación dificilísima.

Amonios cuaternarios.

 

Son productos de uso habitual en las centrales. Para su utilización, hay que pedir dos especificaciones técnicas, que son las siguientes:

 

- El producto, debe hallarse exento en su composición, de iones de metales pesados.

- La cadena carbonada del producto, debe tener entre 10 y 14 carbonos o una mezcla, dentro de esos límites.

 

Ventajas.

  • Rebajan la tensión superficial.

  • No son corrosivos.

  • Fácil manipulación.

  • No son tóxicos.

  • Efectivos.

  • Químicamente estables.

Inconvenientes.

  • Tienden a producir sabores amargos, debido al benzaldehído libre.

  • Se inactivan en presencia de sales y jabones.

  • Son selectivos en su actuación.

  • Iones como Ca, Mg y Fe inactivan el producto.

  • Si no se formulan bien, son altamente espumantes y de difícil aclarado.

Compuestos que aportan cloro.

 

En toda la abundante gama de cloroforos, el efecto desinfectante, es debido al ácido hipocloroso (HOCl) y dada la facilidad con que se descompone, todos los formulados van buscando mantener a dicho ácido en equilibrio ya que, de lo contrario, se produce lo siguiente:

 

HOCl => H+ + OCl¯

 

y el producto pierde su actividad desinfectante, al disociarse.

 

El pH del agua, para la aplicación de estos productos, como de otros muchos, es fundamental.

 

Si el pH de la disolución se halla alrededor de 10, la disociación del ácido es total y a pH= 4 la disociación es nula. Sin embargo, a este nivel de pH, las disoluciones son totalmente inestables, formando cloro gas, perdiendo en gran parte su acción desinfectante y causando problemas ambientales y en los equipos.

 

Ventajas.

  • Son económicos.

  • Son altamente eficaces, para la oxidación de la materia orgánica.

  • Amplio espectro de acción.

  • Actúan rápidamente.

Inconvenientes.

  • Corrosivos frente a diversos materiales.

  • Pueden producir olores y sabores desagradables.

  • Es necesaria una manipulación cuidadosa, tanto de las lejías alcalinas como del cloro gas ya que causan irritación en la piel y las mucosas.

  • Inestables al almacenado.

  • Las lejías de hipoclorito, dan lugar a formaciones de carbonatos, con aguas duras

Compuestos que aportan yodo.

 

El yodo es por sí mismo un desinfectante, pero debido a:

  • Su toxicidad.

  • Corrosión de metales.

  • Irritación de piel y mucosas.

  • Baja solubilidad.

  • Manchar las superficies que toca.

se aplica muy poco, casi únicamente para usos clínicos.

En la actualidad, los iodoforos no se utilizan, pero sí algunas disoluciones del mismo, a concentraciones diferentes, en función de su empleo.

 

Ventajas.

  • Acción bactericida rápida.

  • No tienen resistencias.

  • Toxicidad baja.

  • No les afecta la presencia de materia orgánica.

  • No se altera su efectividad, por el pH del agua.

  • Conservan su color, mientras son activos y en disoluciones, cuya concentración se encuentre entre 6-8 ppm. se vuelven incoloros.

Inconvenientes.

  • Temperaturas superiores a 40ºC provocan la emisión de yodo gas.

  • Amarillean los plásticos y manchan el algodón de los tejidos.

  • Deben manipularse con guantes.

Compuestos fenólicos.

 

Son sustancias conocidas desde hace tiempo, por su elevada actividad microbiana y utilizadas fundamentalmente en las centrales, entre ellos citaremos: ORTOFENIL FENOL (OPP) y ORTOFENIL FENATO SÓDICO (SOPP).

 

La principal vía por la cual estos productos matan los microorganismos, es probablemente la coagulación de las proteínas o de su protoplasma.

 

Sin embargo, estos productos destruyen las células microbianas por métodos varios y uno de todos estos mecanismos puede ser el responsable de la muerte de las mismas:

 

  • Aumentan la concentración del ión hidrógeno alrededor de las células de los patógenos, creando unas condiciones desfavorables para el desarrollo de los hongos.

  • Provocan la disrupción de las membranas celulares y la posición de los enzimas.

  • Pueden bloquear dichos enzimas, interrumpiendo el metabolismo de las células.

A)    Ortofenilfenato sódico (SOPP).

 

Es un producto, que se sigue utilizando en pequeñas balsas y cortinas de espuma de las máquinas de lavado, a diferentes dosis, no como se utilizó hace unos años, ya que la supresión de las balsas de la mayoría de las centrales, ha hecho que prácticamente no se utilice.

 

El inconveniente más importante, para su utilización en balsas es la necesidad de trabajar con pH altos (entre 11-12), para eliminar la posible fitotoxicidad, de la descomposición del producto en contacto con el agua y la materia orgánica.

 

B)    Ortofenilfenol (OPP).

 

Es un producto antiguo, pero muy eficaz contra bacterias y hongos.

 

El nuevo sistema de aplicación del producto como FUMÍGENO, sin utilizar el agua y sí el aire como vía de difusión, ha hecho de esta materia activa, el mejor desinfectante de bacterias y hongos, de los que se pueden aplicar actualmente, con una eficacia altísima y a dosis de aplicación mínimas.

 

Bacterias como Aeromonas, Bacillus, Enterobacter, Escherichia coli, Stafilococcus, etc. son controladas por este compuesto a dosis inhibitorias entre 100 y 200 ppm. En el caso de Pseudomonas debe aplicarse entre 1000 y 1500 ppm.

 

Los hongos del tipo Alternaria, Aspergillus, Cladosporium, Penicillium, Rhizopus, Trichoderma, etc. inhiben su crecimiento a dosis entre 100 y 200 ppm de materia activa.

 

La aplicación de ortofenilfenol como líquido, a los suelos de cámaras y almacenes y la desinfección de las partes aéreas con fumígenos de la misma materia activa, devuelven el producto a los niveles más altos de efectividad para una desinfección.

 

La limpieza y la desinfección, deben convertirse, en la práctica habitual en todos las centrales y lugares, donde se conserven o almacenen frutas u hortalizas.

 

C) Otros desinfectantes que podemos considerar son:

  • Glutaraldehido.

  • Ozono.

  • Driol.

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