Los frutos deben ser:
a) Enteros, es decir, exentos de toda ablación o ataque, que tenga por
efecto alterar su integridad.
b) Sanos, es decir,
exentos de ataques de insectos o de enfermedades, que los hagan impropios
para el consumo.
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Frutos agusanados |
Frutos
deteriorados: frutos atacados por podredumbres |
Los frutos agusanados o
deteriorados, quedan admitidos dentro de un máximo del 2 por 100, en número o
en peso, según las tolerancias previstas, para la categoría II. Esta
disposición, que tiene por objeto, tener en cuenta la imposibilidad práctica,
de obtener una selección rigurosamente perfecta, no se aplica, más que a
frutos, que no estén atacados manifiestamente, estando excluidos, los frutos
visiblemente atacados:
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Bitter Pit -
Interno |
Plara |
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Frutos con
lesiones no cicatrizadas |
Frutos con
lesiones no cicatrizadas |
c) Limpios: Los frutos deben
estar desprovistos, de residuos aparentes de tierra, impurezas y otras
materias extrañas, tales como indicios visibles, de productos de
tratamientos.
En los casos, en que se comprueben residuos o indicios, sobre los frutos,
éstos entrarán en el cuadro de tolerancias.
d) Desprovistos de humedad
exterior anormal. Esta disposición, excluye los frutos netamente mojados.
Se admiten los frutos, que a la salida de la cámara frigorífica o del
vehículo de transporte, estén recubiertos de una ligera condensación, debido
a la diferencia de temperatura.
e) Desprovistos de olor y
de sabor extraños. Se trata, en especial, de frutos, que hayan permanecido,
en un local de almacenamiento, mal atendido o no apropiado y que, en
particular, hayan absorbido, el olor emanado, de otros productos almacenados, en
el mismo local.
Por otra parte, sólo deben utilizarse, materiales inodoros, como elementos de
protección en el envase.
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Frutos atacados de
vitrosidad |
Frutos con grietas
no cicatrizadas |
f) Prácticamente exentas de
plagas y daños debidos a éstas.
g) Recolección. Los
frutos, deben haber sido recogidos cuidadosamente.
Esta obligación, ligada a las operaciones de pre-normalización, tiene por
objeto, evitar que los frutos, sufran magulladuras, debidas al contacto con el
suelo y a manipulación poco delicada.
Las precauciones impuestas en la recolección, deben observarse, en las
siguientes fases de la preparación: transporte a la estación de
acondicionamiento, operaciones de selección, calibrado y envasado.
h) Desarrollo y estado de
madurez. El desarrollo de los frutos, debe ser tal, que les permita
alcanzar su estado de madurez (en función de la variedad), en el lugar de
consumo. Por otra parte, no deben presentar una madurez excesiva, que los
haga impropios para la alimentación.
La madurez comercial, debe ser apreciada en el momento de la recolección, en
función:
• De la duración del
transporte.
• De las condiciones del transporte (por ejemplo: utilización de un
vehículo refrigerante, que retarde el proceso de evolución o de un
vehículo ordinario).
• De la duración eventual del almacenamiento.
Así, se pueden distinguir, los
siguientes tipos de frutos.
1. Duros: cuya
pulpa es consistente y presenta un sabor amiláceo, pero que no han
alcanzado todavía, la madurez de consumo; en este estado, los frutos son
adecuados para almacenamiento y para expedición, a larga distancia.
2. Firmes: cuya pulpa es un poco resistente, con tendencia a
volverse crujiente y que presentan, un sabor ligeramente amiláceo; en
este estado, los frutos son igualmente aptos, para almacenamiento y
expedición a larga distancia.
3. Firmes-maduros: cuya pulpa es crujiente y de madurez normal;
estos frutos son aptos, para su almacenamiento a corto o medio plazo y
para el transporte a larga distancia, en buenas condiciones de
protección.
4. En viraje: cuyo estado es intermedio entre «firme» y «maduro»,
pero que son aptos, para exportación a larga distancia.
5. Maduros: cuya carne es crujiente y fundente; estos frutos,
pueden soportar el transporte, pero deben ser consumidos rápidamente.
En función de las
consideraciones anteriores, se excluyen en todas las categorías:
a) Los frutos
insuficientemente desarrollados y no maduros, que se mustian durante el
almacenamiento y que no son aptos para el consumo, por su sabor ácido y
la dureza de su pulpa.
b) Los frutos que, a la
salida de almacén, presentan enfermedades específicas tales como:
1.-Pardeamiento
interno. Los tejidos afectados quedan firmes, con desarrollo más
pronunciado de la enfermedad, alrededor del corazón.
2.-Escaldadura.
Constituye una de las alteraciones fisiológicas más graves de las manzanas. Afecta a la epidermis del fruto, en forma de
pardeamiento.
3.-Enfermedad común del frío. Se manifiesta, para algunas
variedades, por la aparición de zonas pardas claras en la pulpa, que
pueden extenderse, a una gran parte del fruto en forma de manchas
pardas y de un anillo del mismo color que rodea totalmente la manzana. En su
última fase, la coloración parda se hace visible bajo la epidermis.